El de la dcha., nos obliga a pisar LES LLAGUNES, LA HUELGA, LA PORTELLONA y LOS CAMPONES, hasta LA MORÍA, ambas zonas, LA MANZANILLA y LA MORÍA, son confines de La Isla por ese punto cardinal, dejándonos en terreno de HUERRES.
Hoy en día muchos de las sitios que he nombrado se pueden ver al haber una senda costera.
Aparte de las calles y caleyas mencionadas, existían pequeñas travesías como LA CALEYINA, LA FRAGUA, EL FONDUXU, y otras que no tienen nombre, senderos de a pie, algunos totalmente perdidos y todos escasamente utilizados, pero todas ellas, enlazan entre si los diferentes barrios de La Isla desde EL BARRIGÓN hasta EL CUETU, pasando por LA FORCA, LA FERRAN, LA CARRETERA, EL RAMAL, LA XUNGLAR, LA TORRE, EL TERRERU, LA ARENA, LA BARQUERA, EL HORRÓN, LA CALEYA EL PRAU, LA QUINTANA, EL FONDUXU, EL CASTRU, EL BARREU, CORVERA, LES QUINTANES, LA COLONIA Y LA CALEYA.
Si hemos realizado este recorrido con tiempo suficiente habremos visto el paisaje las vistas y los bellos rincones decorados por once hórreos bien conservados, todo ello, nos habrá dado una paz y una tranquilidad enorme.
¿Y cuantas personas menores de 50 años nacidas en La Isla o con muchos años de vivir en ella, son capaces de situar o situarse en todos estos lugares o zonas?.
EL NIERÍN, EL PASTÍN, EL PRAU LA CRUZ, LA LLOSA EL CURA, LA BARQUERA, LA VIÑONA, LA VIÑA, EL PRAU LA ISLA, LA LLOSA CASAU, EL MIRAMAR, EL GARZÓN, LA GRANXA, EL SANGRERU, EL TRIS, EL PARNADELI, LOS SABUGOS, EL CELLERU, EL JOSÉ EL ALCALDE, EL ERU, EL CUETU QUEMAU, LLAMES, EL REDONDU, LA CERCA, LA COSTANA, LA GOLPEYERA, EL MORTAL, EL ABALIEGU, LOS HERONES O EL CUETU PEDROSU, ETC.
Todos estos topónimos o nombres propios de lugares y zonas estoy convencido que resultarán al menos una gran mayoría, desconocidos para todas o casi todas y sin embargo todos ellos son lugares o zonas de LA ISLA, que como ya hemos comentado, su superficie es más bien reducida.
¿A que se debe ese desconocimiento?. Al abandono de la agricultura y la ganadería, desaparición que paulatinamente se fue produciendo no solo en La Isla, si no en el Concejo y toda la PROVINCIA, lo que motiva la total despoblación de sus erías y prados, antes visitadas a diario por los labradores y sus familias para realizar sus faenas agrícolas y ahora en situación de casi abandono.
Reflexionando sobre lo anterior, es lógico que de tanto no acudir a los sitios se pierda su identificación, reflexión que se apoya en el hecho real de que en aquellos años había en La Isla VEINTITRÉS familias de LABRADORES y en la actualidad solo UNA.
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