A FALO EL DEL MOLÍN

Filed Under () by eddy on viernes, 17 de diciembre de 2010

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El mago de la corriente

hombre ilustre en el pescar

desde Obaya hasta la mar

aunque parezca mentira

Falo tiene la honradía

de ser el más competente

La trucha que a la manguera

tiene la suerte de entrar

no le queda más presente

que servir, sencillamente,

para Falo de manjar.



De la Monxeca el maíz

cae con gracia sin igual

pero al llegar al Banzal

es de harina ya feliz

El prodigio lo debemos

a la corriente fatal

de los watios que el motor

sin tregua le hacen girar

y a la muela colosal

que con aire varonil

va al maíz a triturar.



Con la rueda de afilar

Falo afila la piqueta

y la rueda va que aprieta

cuando el río sigue al mar.

Después con toda paciencia

el molinero ejemplar

los angazos va a tostar

con toda su ilustre paciencia.



El vino es solo el licor

que liba este hombre genial

por que el agua le hace mal

y no da tanto calor

Pues cuando no sale el sol

y parece que va a helar

Falo saca al maquilar

un poquito para alcohol.



Y así piensa un molinero

que con garbo palpitante

está acumulando dinero

pa los nietos del Arrogante.



Dedico este humilde verso

a mi amigo Luis Covian

que apoyado en su bastón

es el mejor sacristán

de casa del Paisanón.



COSES DEL LLUGAR

Filed Under () by eddy on viernes, 10 de diciembre de 2010

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Las historias o cuentos que aquí se narran, son gracias a la imaginación, conocimientos y sabiduría, de José Manuel Pérez Pando.

EL ENIGMA DE LA BALSA

Salió Castro sonriente
rebosando de alegría
con prismático potente
a su hermosa galería
Vio una cosa que flotaba
en la mar allí defrente
una balsa que ostentaba
barandilla sorprendente
Pasó el hombre todo el día
dando vueltas al magín
y fue a enterar a Joaquín
del proyecto que tenía.

Salieron sin vacilar
por la mar como un cohete
e intentaron remolcar
aquel bello tenderete
Desde el prau de Rafael
la gente se enardecía
viendo en la mar un batel
que remando estremecía
remolcaban un coloso
de forma rectangular
al que intentaban sacar
con un empeño celoso
de repente y sin razón
salió furioso hasta el viento
Castro y Juaco sin aliento
remaban de corazón

El espanto de las gentes
fue tremendo al contemplar
que en vez de ellos remolcar
los arrastraba impotentes

Viéndose en tal situación
transmitieron un mensaje
pidiendo con gran coraje
un navío a reacción

El mensaje fue captado
en la estación del pastote
y un navio fue fletado
por cinco osados la trote
El crucero de Laureano
con calderas a presión
calentadas de antemano
marchaba como un tritón

Después de mucho sudar
vino la noche trotante
teniendo que abandonar
el artefacto flotante

Pero a la aurora siguiente
cuando Castro iba a corsiar
madrugando diligente
la pudo por fin hallar
Bajo el huerto de Avelina
se encontraba allí varado
pero alguien mandó recado
al ayudante de marina

Se presentó el celador
con un guardia y mosquetón
y escuchó la explicación
que le daba el hallador

Y ya como conclusión
la llevaron dos destructores
quedando los halladores
como el gallo de morón.



POETAS DE LA ISLA

Filed Under () by eddy on jueves, 14 de octubre de 2010

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Segunda cena en el furacu



Estamos celebrando aquí

en el Furacu cenando

una fiesta de hermandad

y recuerdos de antaño

entre amigos de verdad



Todos fuimos siempre amigos

desde la infancia hasta hoy

siempre griesca vivimos

y siempre añorando volvimos

a esti preciosu lugar



Hoy traemos les muyeres

quiera Dios que esto no altere

la armonia y al concordia

porque aunque delicioses

son manzanes de discordia



Ya nos lo dijo Caín

que dicen que mató a Abel

por culpa de la muyer

que era guapa y muy lozana

y apetecioseye a él



Debeis de reflexionar

cuantu os voy a decir

de esti pueblu singular

pueblu que nos vio nacer

a la orilla del martes



Aquí tuvimos la suerte

de empezar a caminar

y de aprender a leer

también a multiplicar

y por supuesto a amar



Aquí se pesquen centollos

pulpos y hasta barbaes

po la güelga y el pastote

y por el mar desde un bote

también caen los calamares



De los campos, non digamos

sin hablar de pumaraes

da el maíz a dos panoyes

patates y fabes a bondo

y hasta los matos dan mores

Las fuentes son cristalinas

ahí está la de covian

que aunque no mueve molín

va bordeando el camarón

y el cuetu del nozalín



En fornez hay otra fuente

va por cuarta a la viñona

y atraviesa bajo un puente

que al parecer ye romanu

allá po la caleyona



Hay otra en el miradoriu

la fuentina de la martes

¡poques habrá como ella

que sey puedan comparar

po lo fluvial y marina!



Había otra fuente preciosa

la gran fuente del ramal

era entre toes la mejor

por la carga emocional

y por recuerdos de amor



Esta fuente prodigiosa

murió sin sacramentos

por que zapico y Catré

de una manera alevosa

ficieron apartamentos



Montañes no les tenemos

pero está el cuetu pedrosu

agreste como el primeru

en donde tien su guarida

Avelino “el paragüeru”



Y e na playa pol veranu

pónense al sol nuestres moces

tan guapes y sonrosades

que un ángel baxau del cielo

tengo mieu que hasta pecare



El paraíso e na tierra

sin duda ye esti pueblín

quiera Dios que nunca muera

la ilusión de esti festín

honrando la nuestra tierra.





José Manuel Pérez Pando











POETAS DE LA ISLA

Filed Under () by eddy on domingo, 22 de agosto de 2010

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Canto a La Isla







Es La Isla, un pueblo hermoso

donde todo ríe y canta

donde la alegría es tanta

que hasta el morir es gracioso



Allí tranquilo el ocioso

como, bebe, y se divierte

y todos tienen la suerte

de no envejecer jamás

y amándose más y más

no piensan nunca en la muerte




Allí a la vera del mar

está el parque del pastote

jardín bello que es un brote

de grandiosidad sin par




Allí se va merendar

en las tardes agosteñas

allí las niñas isleñas

suelen brindar el amor

y allí en eterno clamor

ruge el mar entre las peñas





A estribor yergue su frente

el islote del castiello

panorama lo más bello

que vio la extranjera gente

 

Es cual gigante potente

ante el cual se humilla el mar

es el bizarro juglar

que defiende a los marinos

y es del pueblo y los vecinos

Tritón en la bagamar




Y mirando hacia la popa

se ve la forca radiante

y un poco más adelante

con el piñoble se topa





Hacia el pueblo está la copa

de la poética torre

y el sendero que recorre

las gentes que van a misa

y el murmurar de la brisa

que al tul del cielo descorre





Y luego está la xunglar

y más al centro corvera

hacia el este la barquera

y hacia el norte miramar





Y aún me falta por contar

la plazuela del horrón

gala de la bella aldea

donde baila y se recrea

toda la generación





Y callo dejando escritas

las gracias de sus mujeres,

hay Marujas, hay Estheres,

hay Carmenes y Lolitas,

hay Marinas y Pepitas





Hay Consuelos y Pilares

hay Angelitas a pares,

Teresas, Luisas y Rosas

y en fin mil ninfas

cual diosas de los altares.






 

Arcadio González




LA FUENTE DE CAMBROÑA

Filed Under () by eddy on viernes, 16 de julio de 2010

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La Isla ha gozado en todos los tiempos de un poder de atracción singular, que hizo llegar aquí a familias de lugares diversos, para disfrutar las delicias del paisaje, del mar y del sol, del aire puro y de la montaña próxima.







Recuerdo agradable y placentero es el que a menudo evocan las jornadas transcurridas en La Isla en un período estival cualquiera, como grato y confortador es siempre el sano contacto con la naturaleza.







Un poco más atrás, los recuerdos de los abuelos del lugar proporcionaban datos impresionantes, mezclados con dichos y leyendas del más subido tipismo.







Una de estas leyendas es la que se refiere a la fuente de Cambroña, que brota cristalina en el prado del mismo nombre, situado junto a la playa.







Cuentan que allá en muy remotos años llegó a La Isla una familia procedentes de Castilla, compuesta de matrimonio y tres hermosas hijas, que venían buscando en el mar el remedio para la anemia que consumía a la mayor de ellas.







La fuente de Cambroña era tenida, por entonces, en mucho aprecio, por ser la única que conservaba la frescura de sus aguas aún en lo más ardoroso del verano. Allí se dirigieron un día las tres lindas muchachas. Después de aquietar la sed, se detuvieron para aderezar los cabellos, mirándose en el espejo transparente de las aguas. Y allí fue pasando el tiempo sin sentirlo, abstraídas como estaban por el murmullo del agua y la fragancia de las flores.







Cuando decidieron retirarse, no les fue posible hacerlo, Habían quedado presas del encanto, y sumisas bajo las aguas que antes las habían fascinado.







La noticia cundió, el sobresalto fue general, y el desconsuelo de los padres intensísimo. Los doloridos padres hubieron de volverse a su región, dejando encantadas en Cambroña a sus tres hijas, que eran la alegría de su vida.







Por el tiempo de la siega en Castilla, solían desplazarse allá los hombres forzudos de las provincias del norte. Su trabajo era muy estimado, y la remuneración que percibían no despreciable. También los vecinos de La Isla tomaban parte anualmente en esta accidental emigración.







Un año, durante su estancia en Castilla, los vecinos de La Isla se encontraron por casualidad con los desconsolados padres de las tres jóvenes encantadas. Después del primer intercambio de noticias, la madre se dirigió al que más confianza le ofrecía, para encomendarle la delicada misión de rescatar a las jóvenes. Tendría que poner en práctica, con toda exactitud, cuando ella le ordenara, conocedora como era de la fórmula del rescate.







El día que los hombres de La Isla habían de regresar de regresar a su hogar, ella, con lágrimas de sangre, amasó y preparó tres panecillos de cuatro picos, los entregó al vecino indicado, y le dio al mismo tiempo las instrucciones concretas para el feliz éxito en el asunto que poco a poco a ella le consumía.







El compasivo vecino guardó con todo cuidado los tres panecillos en su saco, y en compañía de los demás segadores emprendió el regreso al pueblo. Llegado a su casa se acostó a descansar del penoso viaje, no sin antes advertir a su mujer que no tocara nada de lo que en el saco había. La curiosidad de la mujer no pudo resistirse mientras dormía. Miró el saco, encontró los extraños panecillos y acuciada aún más de la curiosidad, con la mano quitó a uno de ellos uno de los picos.







¡Cuál no sería su asombro al observar que del panecillo roto brotaba sangre!. Atemorizada con el caso, colocó el pico roto en su sitio, y nada dijo a su marido.







Este, después del merecido descanso, se dispuso a cumplir la misión que le había sido encomendada. Tomó los panecillos y se dirigió a Cambroña.







Acercándose a la fuente, echó al agua uno de los panecillos, mientras pronunciaba la fórmula convenida: “Can Cambroña, toma el pan que te manda tu señora”. Al momento el caballo se convirtió en un cabello blanco, sobre el cual cabalgaba airosa la mayor de las tres hermanas. Librada del encanto, desapareció en veloz carrera en dirección a Castilla.







Echó luego al agua otro de los panecillos, pronunciando otra vez la frase, igualmente se convirtió el panecillo en un caballo blanco, sobre el cual salió cabalgando la segunda de las hermanas, entre los destellos con que resplandecían sus preciosas joyas. Al instante desapareció siguiendo el mismo camino que la primera, liberada como ella del encanto.







Seguidamente echó al agua el tercero de los panecillos, mientras que decía la frase. El panecillo se convirtió en un caballo blanco, sobre cuyos lomos cabalgaba la más pequeña de las hermanas. Pero el caballo no pudo andar porque estaba cojo: Era el que correspondía al panecillo herido por la mujer del labriego.







Imposibilitada para huir, la desilusión se apoderó de la inocente joven, y en sus rosados párpados se asomó una lagrima más brillante que la aurora.







Con forzada resignación la joven desdichada se sumió de nuevo bajo las mansas aguas de Cambroña, arrebatada por el encanto.







No obstante, pudo agradecer al labriego cuanto había hecho, y también le entregó una faja de color rojo con el encargo de que se la diera a su mujer.







El buen labriego retornó a su casa, pasando a través de un frondoso bosque, que ocupaba gran parte de los que hoy es arena suave de la playa.







Aquí se detuvo para recapacitar a solas sobre las recientes emociones. Colocó la faja de color rojo colgando de una de las ramas bajas de un roble, y cuando se disponía a tomar tranquilo asiento sobre la verde alfombra, vio con espanto que el árbol dejaba de existir instantánea y estrepitosamente, consumido por una roja llamarada.







Comprendió entonces la acción reprochable de su mujer, las pésimas consecuencias de la curiosidad femenina, y el castigo que a la compañera de su vida iba dirigido. Pero al fin se congratuló, porque los designios malignos se habían cumplido en aquel árbol, librándose la mujer de perecer abrasada.







Desde entonces un halo de misterio rodea a la fuente y al prado de Cambroña. No hace muchos años todavía, era un dicho común que en Cambroña había un encanto. Cuando los sencillos vecinos pasaban por la calle de Eteldiz, lo hacían con temor. Y no falta quien asegura haber visto al otro lado de la carretera a una hermosa joven, llorando sus penas, sentada en la pasadera del prado Juacón, donde se toma el sendero de la Ería que va hacia el molino y al monte Sueve.







Es la más niña y la más bella de las tres hermanas, que espera en Cambroña al galán que la desencante.















Enrique hidalgo



Junio de 1963