CENSO DE LAS ABUELAS

Filed Under () by eddy on martes, 22 de junio de 2010

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Todavía permanecen en pie los eucaliptos/ocalitos del paseo del ARENAL (que solo los veraneantes llamaban playa), plantados hace ochenta años por los niños de la escuela, el día de la fiesta del árbol; pero ya no quedan las higueras/figares que había en el pueblo de LA ISLA, hace más de cincuenta años:







La de la XUNGLAR, primera que se encontraba al salir de la escuela de Don Pedro, el maestro que en plena zona roja durante la guerra civil nos hacía cantar a los párvulos: “¿Quien como Dios? ¡Nadie como Dios!, San Miguel Arcángel, oye la oración/de este pobre pueblo que pide perdón”.







Por el atajo estaban las del PARNADELI y por el camino real, la de CORVERA, las tres de LA CALEYA y dos más en el CUETU. Todas eran Miguelinas, excepto las de la huerta del cura, cuyos higos, grandes y melados, aligeraban el vientre. Había otras dos higueras exóticas, de brevas verdes y piel suave, que no predecían boqueras al comerlas con la piel, pero que estaban cerradas con pared de cal y canto. La del CERRILLO de D. Pedro Isla, y la de la BARQUERA, de D. Marcelino Margolles.







También han desaparecido aquellas GÜELINAS y tías que a los rapaces nos parecían inmortales. Se ha publicado recientemente la noticia, de que la esperanza de vida de las asturianas es la más alta del mundo, con 80,3 años de promedio. En la parroquia de LA ISLA, ya se producía ese alto promedio con Emilia (la de la caleya) (Entonces, mante ¿Cualo ye más, abogau o picapleitos?, preguntó al que suscribe con el título de letrado recién estrenado). Entre EL BARREU y CORVERA vivían Claudia, Rosa (la de Agapito), con el único carro de país superviviente, el trío de hermanas solteras, María, Regina y Aurelia, y su hermana Belarmina (la de Ricardo Felgueres), Pilar (la de tía Josefa y Blanca), tan solícita en la atención del templo parroquial. Entre EL CASTRU y EL HORRÓN estaban la bisabuela Ramona-Tomás, fumadora de BILORTOS de cuarterón, envueltos en FUEYA DE PANOYA, su hija Avelina, Carlota, y Delfa, Carmen, Pilar y sus tres hermanas solteras, Higinia, Lola y Mariana, otras tres hermanas, Domitila, Aquilina, Ricarda, las hermanas María y Feliciana, la madre de la simpática Gina, “güelina” Virginia , empachada de sentido común, Dolores La Tovera, Norberta (la de Raimundín), Griselda, Pepa, tía Luciana, tía Delfina y Josefa, Genara y Ramona (la de José) en LA ARENA. Y en LA XUNGLAR, María (la de Ángel), Generosa (la de Casimiro) y Nicasia.







Al socaire de la noticia sobre la elevada esperanza de vida de las asturianas, es obligatorio dejar constancia para la posterioridad de los nombres de todas aquellas buenas mujeres longevas, que permanecen como una foto fija en los recuerdos de la infancia y de la adolescencia, con el pañuelo de tafetán negro a la cabeza, la más ancianas y todas ellas siempre enlutadas de percales y sargas, o aliviadas a lo sumo con telas grises estampadas, que al hablar decían SI MANTE con un cariño inmenso. ¿Dulces y añoradas GÜELINAS tan piadosas y DOLIDAS a quienes las BAÑISTAS DEL SABANU venidas de tierras limítrofes del interior, les cantaban en la despedida de la temporada de baños una canción olvidada.



















“VIVA PRIESCA, VIVA PRIESCA



VIVAN VALLES Y TORNÓN



QUE VIVAN LOS DE LA ISLA



QUE TIENEN BUEN CORAZÓN”















Rafael G. del Santo (1994)






1 comentario:

fjbaaguerblogspot.com dijo...

aunque no soy de La isla, la lectura de estos relatos me resulta un deleite. No digamos lo que podría sentir si fuera corío. Enhorabuena, Josechu, lo estás haciendo de puta madre. Javier

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