Esta historia tal y como aquí se relata, puede ser escuchada hoy todavía a personas de avanzada edad, naturales y vecinos del lugar, quienes aseguran haberla recibido como lección del Maestro nacional, con la seriedad y formalidad a que obliga el deber de educador de los pueblos.
Esas y otras personas, ya al borde de la senectud, agregan, además, que en las veladas de invierno, junto al chisporreteo de los leños, oyeron narrar a sus abuelos el suceso de haber visto “a la más bella de las tres hermanas”, por la orilla de la fuente y prado de cambroña, como ocurrido en los días de su adolescencia.
Por lo que valga, quede constancia escrita de la historia en esta nueva versión, para futura referencia.
La Isla-Cambroña, junio 1963
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