AGRICULTURA.-

Filed Under () by eddy on viernes, 11 de junio de 2010

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En primavera, preparación y arado de la tierra, para sembrar, SALLAR y RANDAR, las patatas, maíz, y “fabes”, que en aquella época se sembraban entre el maíz.

En verano, en particular la última decena de junio y el mes de julio, se dedicaba a la recogida de la hierba (de cuyos trabajos nos ocuparemos más adelante) y en el mes de agosto a sacar las patatas.

En otoño, como tareas principales, la recogida del maíz y fabes, el acopio de mullido para las vacas y la provisión de leña para el invierno.

La recogida del maíz conllevaba las famosas ESVILLAS, tarea que consistía en quitar las hojas al maíz, dejandole normalmente dos para ENRRESTRARLO (hacer ristras). Para realizar esta tarea, los agricultores se reunían en cuadrillas normalmente de tres familias, que al atardecer se juntaban todos, incluso los niños.

Era tal el arraigo que tenían las ESVILLAS que hasta el resto de las gentes que no eran agricultores se unían a alguna de las cuadrillas, para asistir y participar en las conversaciones que estas reuniones generaban y escuchar de los mayores cuentos y anécdotas, en el que eran principales protagonistas casi siempre personajes célebres de tiempos pasados, a los que los jóvenes no llegaron a conocer y que por estos comentarios aún permanecen vivos en la memoria de aquellos que ahora no son tan jóvenes.

También se realizaba en otoño la recogida de la manzana, cuya venta para los que eran dueños de la pomarada constituía una buena inyección económica. Se iba a la PIA (recogida de castañas), y aunque La Isla no tenía castañedos, algunos de sus habitantes eran propietarios de los mismos en pueblos limítrofes o si no se iba a PIAR a los terrenos comunales. Ni que decir tiene que las castañas y la leche fueron durante muchos inviernos el manjar principal y en ocasiones único, sobre todo en los años anteriores a la época en que nos estamos refiriendo.

La monotonía del invierno se veía alterada por la matanza del GOCHU o SANMARTIN, que se hacía siempre cuando la luna estaba en cuarto menguante, con preferencia el del mes de enero, donde la MONDONGUERA, mujer con experiencia, era la encargada de sazonar, adobar, y echarle la cantidad justa de sal y picante al embutido, y la persona en torno a la cual giraba la frenética actividad que los tres días de matanza generaban.

Era costumbre regalar a aquellas personas que no podían criar un GOCHU, o con la que se tenía un fuerte lazo de afectividad, un trozo de lomo, tocino, costilla, morcilla y chorizo, a esta donación se denominaba dar la PRUEBA. Era tal el arraigo e importancia que tenía el SANMARTIN, que en algunos casos se dispensaba a los niños su asistencia a la escuela, por lo que era frecuente escuchar en la misma, la frase, ¡ES QUE MATAMOS EL GOCHU!, cuando el maestro se interesaba por la no asistencia del día anterior.

Todas estas labores se realizaban a mano y en ella participaban y ayudaban todos los miembros de la familia que pudieran hacerlo. Solo al final de los años 50 se compraron las primeras máquinas de sembrar, SALLAR, RANDAR el maíz y les fabes, tiradas por vacas.

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