Un domingo de mayo algo brumoso
salimos de la Isla con afán
cuatro hombres que en tono presuroso
enfilamos la ruta al superman
Soplaba algo de viento del nordeste
pero aferrándonos firmes al timón
con viento de proa rumbo este
logramos vencer al aquilón
Al llegar a la altura de la Olla
que es lugar mejor para pescar
paramos a coger una centolla
para en Vega poderla merendar
Y al arribar a esta playa singular
tuvimos que luchar con la rompiente
para hacer la maniobra coveniente
a fin de poder desembarcar
Como premio a estos trabajos y sudores
pesábamos encontrar sobre la arena
alguna hermosa sílfide o sirena
que nos brindara sus mágicos amores
Pero vimos con desilusión
acercarse dos sombreros charolados
con sus tremendos dardos preparados
esgrimiendo naranjero y mosquetón
E imponiendo su gran autoridad
con un poquito, si cabe, de malicia
anularon toda nuestra voluntad
decretando a su modo la justicia
La orden que nos dieron fue tajante
y nos vimos forzados a zarpar
relevándose uno a cada instante
para que todos pudieran merendar
La gentes del lugar muy sonrientes
nos acogieron con agrado y simpatía
desde aquí les mandamos el presente
de un saludo nuestro, afecto y alegría
Regresamos después con viento en popa
y la vela de mesana a sotavento
dirigiendo la marcha con la escota
hasta que el aire se puso a barlovento
Como de todo se saca en este mundo
algo útil y bello que aprender
desde el hombre que yace moribundo
hasta el niño que acaba de nacer
Todos mientras haya humanidad
han de saber que deben obediencia
al que investido está de autoridad
y aguantarle sus cosas con paciencia
De esto se infiere que,
contra las olas del mar
luchan brazos varoniles;
contra los guardias civiles
es imposible luchar.
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